“Hay tres temas: el amor, la muerte y las moscas. De los tres tú eliges la muerte, o muertes, porque piensas que hay muchas y distintas.” (palabras de la deriva, Augusto Monterroso, p. 65) Ahora hablemos de las moscas, seres místicos que recaen en una trampa de la curiosidad. y volar parece más tarea que libertad. dentro del aleteo encuentras miradas; caleidoscopios. espejos. reflejos. a quien llama tu cuerpo cuando esta en descomposición, olvidado: ella llega con gracia y hace fiesta entre tus viseras. no recuerda cuando llego, no recuerda hacia donde iba. no recuerda. no recuerda. como cuando intentas atravesar nuevamente por tu día pero se te enredan las pestañas y quedas pálido. hace 5 minutos que intentabas una novedad, ahora es práctica cotidiana. y no recuerdas. caminar adopta carácter de libertad; o intento de. caminaste hasta correr y luego volaste, alto. tan alto que no llegaste a caer. y se te enredan todas las memorias; como las trenzas que te hizo mama, tan lindas que las dejaste por días, semanas, meses. y no recuerdas. pero ahora comienzas a bajar y volar no te parece tan interesante. realmente nada parece interesante. caer y esperar su llegada es la mejor novedad. y llegan. ellas entierran su bandera en tus costillas y reclaman tu vejiga como ”tierra de nadie”. se adueñan de tus párpados. tus labios ahora son cueva; y la fría oscuridad de lo que una vez dijiste ahora nido. y no lo cuestiones; la materia desolada no es irritable. la materia desolada no es irritable . siéntete en paz que ya este campo no es tuyo. aunque este campo nunca fue tuyo. recorriste veredas, ríos, montañas y fuegos sin tener que abrir los ojos. colonizaste una composición carnal; gracias madre por mi existencia. ahora la guerra de quienes quedan; quienes llegan; ¿quienes? no recuerdo. pero tu te devuelves, te entregas a la nube dipterosa que te recoge. ahora eres alimento; composta; tierra. gracias madre por este recorrido tan caóticamente hermoso por el garabato del tiempo.
( s.t. 2019)
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